No sé a vosotr@s, pero a mí el tema de los vikingos me fascina. Si recientemente os hablaba de Harald Bluetooth, uno de los reyes que más gestas logró, hoy me quiero explayar sobre la manera en la que se comunicaban por escrito a través de las runas. Las runas son las letras de los alfabetos de los pueblos vikingos, celtas, nórdicos y germanos, y se extendieron por Europa desde el siglo I d.C. hasta la Edad Media. Sus hablantes las tallaban en monolitos, estelas y fragmentos de madera, metal o piedra, y las empleaban para comunicarse en cualquier ámbito: nombrar objetos cotidianos, indicaciones para la navegación, recordar poemas de sagas mitológicas u honrar a los fallecidos.
Como las runas no son tan antiguas como otros alfabetos, se especula que tuvieron inspiración en sus homólogos etruscos o latinos, aunque es incierto. Lo que sí que está claro es que su nombre procede la raíz latina run, que significa susurro o secreto. Un nombre muy acertado, ya que siempre han estado envueltas en un halo de misterio. Y al igual que la palabra alfabeto procede de las letras griegas alfa y beta, el nombre del alfabeto rúnico está compuesto por seis de sus letras (f, u th, a, r, k) y se le llama futhark. Las tres modalidades más conocidas, de la más antigua a la más moderna, son el futhark antiguo, el futhorc anglosajón (en Inglaterra le cambiaron ligeramente de nombre) y el futhark joven o escandinavo.

Una implicación más trascendental
Las runas se caracterizan por tener en su mayoría grafías verticales y diagonales, cuenta con muy pocos trazos horizontales.
El futhark antiguo tenía 24 runas agrupadas en tres grupos de ocho; el futhorc anglosajón añadió runas hasta llegar a las 29, y el futhark joven, el más reciente, las simplificó hasta dejarlas en 16. Es curioso porque, además del significado que tiene cada runa para formar palabras y crear un idioma, con el paso del tiempo se les ha dotado de un significado más trascendental. Se asocia a cada una con cualidades o maneras de afrontar la vida: transformación, lucha, fertilidad, paciencia, estabilidad… Si tenéis curiosidad por profundizar en el tema lo podéis hacer aquí.
Es en la época vikinga, entre los siglos VIII y XI, cuando más inscripciones rúnicas se realizaron en piedras. Son auténticos testimonios que nos enseñan cómo era la economía, las costumbres y la sociedad de la época. En Dinamarca, las runas más importantes son las que el rey Harald Bluetooth mandó tallar en el siglo X para honrar la memoria de sus padres, y además es la primera vez que la palabra Dinamarca queda reflejada por escrito.

Esoterismo y nazismo en el mismo saco
Como os decía antes, las runas siempre han estado acompañadas por un componente místico: según la mitología nórdica tienen un origen divino, ya que fue el dios Odín quien se las regaló a los hombres. Siglos después han sido utilizadas con fines arcanos, esotéricos, para adivinar el futuro o comunicarse con el más allá… incluso para reflejar la supremacía de la raza aria. Y es que el movimiento nazi las eligió para simbolizar su causa, debido a su origen germánico. Entre 1920 y 1945 los nazis emplearon varias insignias rúnicas en banderas, panfletos y uniformes, y las más utilizadas fueron las que aludían a la victoria, el entusiasmo, el espíritu comunal o la vida.

Siguiendo este ejemplo, grupos neonazis de Alemania y los países nórdicos también han incorporado a las runas en su simbología. Precisamente por esto las runas saltaron a la palestra hace relativamente bien poco. En 2018 se celebraron los Juegos Olímpicos de Invierno en Pyeongchang (Corea del Sur), y la selección de Noruega presentó una equipación deportiva en la que las runas estaban presentes en algunas prendas. Se quería rendir así un homenaje a sus antepasados nórdicos, pero llovieron las críticas al señalar su parecido con los uniformes nazis y los grupos de esta calaña. Por suerte ganó el respeto a la tradición, porque los noruegos mantuvieron su equipación y no cedieron a que los movimientos indeseables se apropien de las runas de manera exclusiva.


Pues estaba convencido de que La Runa, era la sidrería de la Rocha. Cuánto vamos a aprender en estos días de confinamiento, y no gracias al Rey Odín sino al el buen hacer de Michelle. Gracias maja.
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Jajaja!! Con el ingenio que tienes, no te has planteado escribir tú un blog también, Miguel Ángel? Muchas gracias!!
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Por lo que indicas parece que se usaban solo en ámbitos muy concretos! No hay libros o textos con este alfabeto tan particular?
Aunque siendo una estilo tan artístico y complicado, entendería que fuera exclusivo… Muy interesante tu post!
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Nada de nada, sólo inscripciones en metal, piedra, madera… Sin libros!
Me alegra que te haya gustado el post, ya ves que hago caso de vuestras sugerencias!!
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Gracias por toda la cultura también explicada que estamos aprendiendo. Es todo un placer leerte!
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Muchísimas gracias a ti por tu comentario!! Con vuestro apoyo es mucho más fácil seguir escribiendo…
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¡Ay, qué interesante! Me encanta el homenaje fúnebre…. y los jerseys.
Unos símbolos muy ingeniosos las runas.
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Muy ingeniosos, sí! aunque yo ya no tengo cabeza para aprenderlos todos😉
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Que placer el descubrir de tu mano estos datos tan interesantes, cada día nos sorprendes mas. Cuando vuelvas a Pamplona te vamos a exigir que nos investigues cosas interesantes de nuestra historia de Navarra, un beso guapa.
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Uy, pero para historia de Navarra ya te tenemos a ti… ¿Para cuándo un libro de Navarra o de la Segunda Guerra Mundial? jaja… Muchas gracias, majico.
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Practico desde hace años la meditación runica. es una forma distinta de contemplar la naturaleza y sus mensajes. también deciros que las runas están enlazadas con el alfabeto ibero, la pata de oca ᛉ algiz , por ejemplo es el símbolo de la ruta pirenaica, la z , el final del viaje. la protección divina Me ha encantado este bloc
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Qué interesante, María Mercedes! No conocía esta relación con el alfabeto íbero, muchas gracias!
Me alegra que te guste el blog…
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